martes, 26 de junio de 2012

¿Debemos tener miedo a Whatsapp?


Whatsapp es una de las aplicaciones más populares del mercado. Tanto que quien aún no la tenga instalada en su teléfono (inteligente o semi-inteligente, por supuesto) pasa por ser un paria en su círculo de contactos. Y tanto que ya existen varias leyendas urbanas sobre las funcionalidades del Whatsapp (y sobre si algún día pasará a ser de pago). Pero ¿es esa aplicación tan popular además especialmente peligrosa?
Como alertaban ya a principios de mayo desde la empresa de seguridad G Data, “dado que el flujo de datos de Whatsapp no está encriptado, todos los mensajes, fotos, localizaciones, etc enviados a través de WiFi pueden ser interceptados”. Hacerlo a través de la red de la operadora de telecomunicaciones que da servicio al usuario de turno es también posible, pero más complejo. Quien quiera fisgar en las conversaciones ajenas  en un entorno WiFi no tiene más que contar con un dispositivo Android con una no muy complicada preparación técnica para hacerlo.
Y, a pesar de esta situación, los usuarios no se sienten especialmente amenazados. “No tenemos la sensación de que los usuarios por regla general sean conscientes de la amenaza ni de los riesgos que entraña utilizar esta aplicación a través de redes WiFi fácilmente atacables y especialmente vulnerables si las aplicaciones no utilizan la codificación de la información, como es el caso de Whatsapp”, nos explica el portavoz de G Data, Nacho Heras, por email.
El tema de cuanto es o no de seguro depende de la perspectiva de lo que quieras compartir“, apunta por su parte Vicente Díaz, analista de Kaspersky Lab. “No es que haya un agujero de seguridad (en Whatsapp)”, señala. “Simplemente podrían hacerlo mejor”. La enorme popularidad de la aplicación es la que ha convertido el tema en “sensible”. Según Díaz, los principales problemas serían que se puede interceptar el mensaje enviado y que se registran algunos fallos a la hora de transmitir información. “En el tema de la privacidad, no somos conscientes”, denuncia. “Pero no somos conscientes, en general, de todo lo que usamos a diario”. El email o el SMS también podrían ser cuestionados. “Es genérico. No somos conscientes de cómo funcionan las cosas por dentro”.

Cómo protegerse de los riesgos

“Lo único que puede hacer el usuario es informarse”, apunta Vicente Díaz, de Kaspersky, que invita a averiguar qué implica todas esas condiciones de uso que asumimos cuando nos descargamos una aplicación. Como señala Díaz, aprendimos en su momento para usar de forma poco arriesgada el email y tendremos que aprender a usar las nuevas herramientas de comunicación, como las redes sociales y las aplicaciones (donde ahora mismo abrimos prácticamente cualquier link que se nos envíe). “Todo lo que sean comunicaciones son una puerta abierta al fraude”, alerta. El riesgo, por tanto, siempre estará ahí fuera.

Por: Ticbeat

El 'solitario Jorge' murió de viejo





El "solitario Jorge", la última tortuga gigante de la especie "Chelonoidis Abingdoni", fallecido el domingo en Islas Galápagos, murió de viejo tras haber vivido más de un siglo, según los resultados de la necropsia divulgados hoy.

"La conclusión es que la muerte fue por causa natural, probablemente producida por envejecimiento", informó la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG). 

Durante tres horas dos biólogos y una veterinaria examinaron este lunes su cuerpo y tomaron muestras de sus órganos y tejidos para su análisis en laboratorio, con la presencia de un fiscal del medio ambiente. 

La única anomalía que encontraron fue que su hígado mostraba "una coloración fuera de lo normal, presumiblemente propio de la edad", de acuerdo con la DPNG. 

Con su muerte se reducen a diez las especies de tortugas terrestres de las Islas Galápagos, que recibieron su nombre precisamente por la presencia de esos animales. 

Jorge, que era un icono del archipiélago, apareció muerto el domingo en su corral del centro de crianza de tortugas gigantes en Puerto Ayora, en la isla Santa Cruz. 

Su cuerpo será embalsamado y ocupará un lugar de honor en un museo o centro de interpretación dedicado a las tortugas terrestres que llevará su nombre. 

Fausto Llerena, un guardia del parque que cuidó a "Jorge" en los últimos 40 años, dijo a Efe que el museo será construido en un lugar conocido como La Casona, en la Isla Santa Cruz, donde tiene la sede la DNPG. 

Llerena ha estado junto a "Jorge" desde 1971, cuando participó en la expedición por la isla Pinta en la que se encontró al solitario quelonio, cuando se creía que las tortugas de esa isla estaban extintas. 

Al año siguiente fue trasladado al Centro de Reproducción y Crianza de Tortugas Terrestres de la isla Santa Cruz, donde los biólogos intentaron que se reprodujera, pero sin resultados. 

Inicialmente compartió el corral con dos hembras de la especie "Chelonoidis Becky", de volcán Wolf en la isla Isabela, la más grande del archipiélago, con las que tras 15 años de convivencia copuló y las hembras pusieron en total 16 huevos, que no germinaron. 

Otros estudios genéticos determinaron que una especie más cercana a la suya era la de isla Española, por lo que desde hace dos años se pusieron dos hembras en su corral. 

Ellas están en periodo de desove y por ello se mantendrán en el corral durante algunos meses para ver si alguno de los huevos llegara a germinar, dijo Llerena. 

Las islas Galápagos, situadas a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador son consideradas un laboratorio natural por su aislamiento y el alto endemismo de sus especies, que permitió al científico inglés Charles Darwin idear su teoría de la evolución de los seres vivos. 

El archipiélago fue declarado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).



Por: La Hora